Ratisbona, Alemania

15.06.2017

El pequeño comienzo

Buenos días chic@s!! Hoy voy a comentarosmi primer viaje. Surgió con la idea de ver Alemania. Solo visitar y conocer Alemania, nada más.

Todo empezó gracias a un familiar mío que vive y trabaja allí. Un día me llamó y me dio la noticia más grande de mi vida por aquel entonces. Me invitó 2 meses a su casa, en Sinzing, de los cuales solo pude ir 6 semanas.

Aunque vivía en Sinzing, como acabo de comentar, pero me pasaba todos los días sobre 15 horas diarias en Ratisbona. Están muy cerca una de la otra, sobre unos 20 minutos en tren.

Me estructuré el viaje de tal manera que podía ir a clases de inglés y alemán, además de sociabilizarme. Aproveché para visitar museos, bodegas, e incluso fiestas y tradiciones típicas.

Me interesaba mucho conocer cómo los alemanes interactuaban entre sí, ya que siempre había escuchado que eran de un carácter mucho más frío.

Hubo un festival llamado "Oktoberfest" (Fiesta de la cerveza), que era pura magia. La variedad de gente y de puestos de venta era absolutamente impresionante. Me encantó reconocer todos esos pequeños, y a la vez enormes, gestos corporales que indicaban felicidad y bienestar. Eran sonrisas, saludos, abrazos, besos, gritos de alegría... que creaban un ambiente que le quitaba la depresión y el mal humor a cualquiera.

A esta fiesta popular fui acompañada de un amigo llamado Martin, alumno de ingeniería de mi tío. Gracias a él conocí Ratisbona tanto de día como de noche. Me llevó por pubs (que no podía entrar por ser menor de 18) y calles principales, iluminadas con faroles que contrastaban con la especial arquitectura de cada una de las edificaciones. 

En cuanto a la gastronomía o sitios, los restaurantes eran bastante variados, creo que como todo sitio turístico. Habían desde sencillos (con un menú bastante asequible) hasta más refinados. En todos se comía bastante bien y todos tenían algún plato especial o una elaboración diferente.

Sinceramente, volvería a repetir sin cambiar ninguna de las cosas. Disfruté de los viajes en tren, del aprendizaje de idiomas, de la gente y de todas y cada una de las situaciones.

Alemania es una maraviila, sin duda alguna.

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