Dublín, Irlanda.
Buenos días a todos y todas. El viaje que quiero comentaros hoy fue, principalmete, por motivo de trabajo. Yo soy au-pair en verano y semanas sueltas durante el año. ¡Es un trabajo muy muy muy emocionante!.
El verano del año 2016 me fui a Sutton (cerca de Dublín, Irlanda) con la finalidad de cuidar a una niña de 3 años durante los meses de verano (julio y agosto). La familia me acogió en su casa estupendamente. Yo tenía ciertas responsabilidades: cocinar, llevar a la niña al colegio y recogerla y jugar con ella (entre otras cosas). Mi horario de trabajo cambiaba de un día para otro, ya que los padres eran pilotos de avión.
En cuanto me acoplé unos días a mi nuevo plan y a la nueva familia, comencé a gestionar mi tiempo libre para aprovechar las vacaciones de verano, por lo que me iba a Dublín a visitar sitios. Los que más me gustaron fueron: el Trinity College, el Phoenix Park, la DCU y los museos de arte y de naturaleza. Visité muchísimas galerías también y, aunque tienen un concepto diferente de "museo" y "galería", merece la pena entrar en todos.
Con la familia tuve el privilegio de visitar Cork y otros pueblos rurales del norte. Todos con un encanto especial. El viaje de ida duró unas 4 horas en coche y, entre otras cosas, me sorprendió mucho una "carretera" que solo podía ser cruzada... ¡¡¡6 horas al día!!! Pero, ¿cómo podía ser esto? Porque esa "carretera", donde habían señales y todo, era en plena playa. Cuando la marea bajaba, dejaba unos 2 kilómetros a lo ancho, más o menos, de superficie lisa. ¡UNA PASADA!.
Por supuesto, en los viajes y en las excursiones, yo cuidaba y vigilaba a la niña todo lo que necesitaba la familia, pero disfrutaba con cada momento.
Otra curiosidad es la gastronomía. No se come nada mal. Puedes encontrar fácilmente restaurantes y supermercados con todo tipo de alimentos. Lo único es que, cuando cocinan (ya sean familias o cocineros profesionales), utilizan mantequilla y no aceite ya sea para freír la comida o para condimentarla. Cabe destacar que es todo mucho más caro que aquí (aunque también depende de qué alimentos, obviamente), por lo que comer bien depende más del bolsillo que de la persona. Al menos yo lo exprimenté así.
Una vez dicho esto, es importante destacar qué fue un viaje de trabajo, sí, pero también de cultura, de aprendizaje y para disfrutar.